Una vez, llegaron ante Rabi Leibele de Bialistock, el autor del libro “Oneg Iom Tov”, dos personas que tenían un litigio en torno de sus tierras. Una decía: “este pedazo de tierra me pertenece y el limite entre nosotros pasa después de este pedazo” y la otra decía “este pedazo de tierra a mí me pertenece, y el limite pasa antes de dicho pedazo”.



Pidió el Rabino que lo lleven a conocer el terreno, y partió junto a los dos litigantes a ver el campo. Al llegar al lugar continuaban gritándose acaloradamente el uno al otro. Uno decía: “la tierra es toda mía” y el otro decía “la tierra es toda mía”.

De pronto, el autor del libro “Oneg Iom Tov” se agachó acercando su oído a la tierra, y entonces les dijo: “la tierra dice que ustedes dos son míos ...”.

Muchas veces nos involucramos demasiado intensamente en las cuestiones de índole terrenal, perdiendo la proporción adecuada de las mismas, y olvidándonos que a los ciento veinte años, también nosotros regresaremos finalmente a allí ...



Rabino Richard Kaufmann

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